Día Internacional de los Derechos Humanos
• Las pautas de crianza tradicional se basan en violencia y discriminación contra la infancia, dificultando gozar de todos sus derechos y especialmente a ser escuchados.
• Casi 81 millones de niños sufren pobreza en América Latina y el Caribe condicionando negativamente su futuro y dignidad.
• Los Estados de la región ha avanzado en leyes nacionales pero cotidianamente los mantiene invisibles y fuera de las agendas prioritarias de sus países.
10 de diciembre de 2022.- Este 10 de diciembre se conmemora el 75 aniversario de Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada por la Asamblea General de la ONU el 10 de diciembre de 1948, en este marco desde Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, llamamos a reconocer la equivalencia humana de niñas, niños y adolescentes frente al mundo adulto. El artículo 1º establece: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos…” por ende, niñas, niños y adolescentes deben ser reconocidos como personas, es decir, los Estados tienen la obligación de garantizarles el ejercicio pleno de sus derechos.
La Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) es ampliamente reconocida por haber inspirado y allanado el camino para la adopción de más de setenta tratados de derechos humanos, que auto obligan a los Estados a cumplirlos de manera permanente, a nivel mundial y regional. A siete décadas de este acuerdo global es evidente que la promoción y garantía de derechos humanos fortalece las democracias, orienta el diseño de políticas públicas y permite que las personas exijan sus derechos.
Sin embargo, aún con los grandes avances, los derechos humanos no son garantizados para la mayoría de la población. Mujeres, niñas, niños, personas racializadas y en pobreza viven discriminación y exclusión lo que “acentúa las privaciones y la pobreza intergeneracional, y tienen graves consecuencias para la salud, la nutrición y la educación de la infancia” (UNICEF, 2022).
Naciones Unidas ha insistido en señalar que las culturas machista y adultocéntricas son los principales obstáculos para implementar las Convenciones y leyes a favor de las infancias. Un lamentable ejemplo de ello fue la pandemia de COVID-19, que ahondó las brechas de desigualdad entre el mundo infantil y el mundo adulto. Es necesario reconocer que las decisiones de las personas adultas, son uno de los obstáculos para que niñas, niños y adolescentes ejerzan de forma plena sus derechos.
Casi 81 millones de niñas, niños y adolescentes en América Latina y el Caribe se encuentran en situación de pobreza, de acuerdo con un estudio elaborado por UNICEF y la Comisión Económica de América Latina y el Caribe (CEPAL). En Bolivia, El Salvador, Guatemala, Honduras y Perú, más de dos tercios de los niños son pobres; en Chile, Costa Rica y Uruguay, menos de uno de cada cuatro niños sufre pobreza.
Desde Tejiendo Redes Infancia consideramos fundamental llamar a todas las personas adultas a usar su poder -en cualquier espacio donde se encuentren- para promover el reconocimiento de la equivalencia humana de niñas, niños y adolescentes frente al mundo adulto. Los tomadores de decisiones en los Estados son los responsables de atender sus compromisos internacionales para la garantía de derechos de la niñez y usar su poder adulto para decidir con ética intergeneracional, asumiendo que cada decisión hoy está comprometiendo el futuro de las próximas generaciones, y la vida diaria de millones de niñas y niños hoy.
Atentamente,
Juan Martín Pérez García
Coordinador regional
@juanmartinmx